En los últimos años, los vehículos de ocasión se han convertido en una alternativa muy interesante a los coches nuevos. Te contamos todo lo que debes saber antes de adquirir un automóvil de segunda mano que proceda de un particular.
El mercado de ocasión ofrece la oportunidad de «estrenar» coche de una manera más económica que comprando un vehículo nuevo. Existen varias opciones para adquirir un automóvil de segunda mano: KM0, seminuevos, de ocasión y usados; los últimos son las más baratos, ya que se trata de vehículos de ocasión con más de cinco años que, en la mayoría de los casos, provienen de particulares. Estos coches son hasta un 15% más baratos, puesto que los particulares ofrecen sus vehículos a un precio inferior a los profesionales, en buena medida porque no revisan los coches antes de venderlos y, por Ley, no tienen que ofrecer ninguna garantía.
Si decides comprar un coche de segunda mano a un particular, debes revisar y probar el coche siempre; un mecánico de confianza puede inspeccionarlo por unos 60 euros la hora y evitarás sustos. Si te preocupa la falta de garantía, debes saber que existen los vicios ocultos; durante los primeros seis meses desde la compra de un vehículo a un particular, podrás reclamarle -ante los tribunales- si existen vicios ocultos; esto es, por aquellos defectos graves que el vendedor conociera y de los que no te hubiera advertido. Serás tú quien deba demostrar que el fallo existía, así que es aconsejable que contrates a un perito -desde 200 euros aproximadamente.
También debes cerciorarte de que el coche tenga la ITV al día y no tenga pendientes cargas, como una reserva de dominio, el impago de multas muy graves o el pago del impuesto de circulación del año anterior en curso, de hecho, si no está abonado, el vehículo no se podrá poner a tu nombre hasta que lo abone alguien: el vendedor o tú mismo. Tras comprobar todo, deberás firmar un contrato de compraventa con el vendedor; si necesitas un modelo, puedes descargar nuestro documento para cerrar de manera segura tus tratos entre particulares.
Después de todo lo anterior, tendrás que poner el coche a tu nombre, es decir, realizar un cambio de titularidad o transferencia. Puedes optar por una gestoría para que ellos realicen todos los tramites por ti (cuesta unos 150 euros), pero también puedes hacerlo tú mismo y ahorrar dinero. Para ello, debes acudir a Hacienda y abonar el impuesto de transmisiones patrimoniales, que suele ascender al 6% del precio del vehículo; después tienes que acudir a una jefatura de tráfico (previa cita) para transferir el coche, un trámite que cuesta 54,60 euros. Para llevar a cabo este papeleo necesitas la documentación del vehículo, el contrato de compraventa y una fotocopia del DNI del vendedor.
Fuente : www.autofacil.es